¿QUÉ ES?
El Trastorno Opositor Desafiante (TOD) es un trastorno del comportamiento infantil que se caracteriza por un patrón persistente de hostilidad, desobediencia y actitud desafiante hacia figuras de autoridad, como padres, maestros u otros cuidadores. Aunque es común que los niños desafíen las reglas y las autoridades en ciertas etapas de su desarrollo, el TOD va más allá de las conductas típicas de la infancia y puede generar problemas significativos en el hogar, la escuela y las relaciones interpersonales.
¿ QUÉ OBSERVAR EN CASA CUANDO SE SOSPECHA DE UN TRASTORNO OPOSITOR DESAFIANTE?
Es importante estar atento a ciertos signos y comportamientos que pueden indicar la presencia de un Trastorno Opositor Desafiante en un niño. Aquí hay algunas cosas que los padres y cuidadores pueden observar en casa:
Hostilidad persistente:
Los niños con TOD suelen mostrar un patrón persistente de enojo, resentimiento y hostilidad hacia figuras de autoridad y a menudo se resisten activamente a cumplir con las reglas y las solicitudes.
Desobediencia constante:
Los niños con TOD pueden desobedecer repetidamente las instrucciones y reglas establecidas, incluso cuando comprenden las consecuencias de sus acciones.
Actitud desafiante:
Exhiben una actitud desafiante y argumentativa, a menudo discutiendo con adultos y negándose a cumplir con las peticiones sin una razón aparente.
Irritabilidad:
Pueden enojarse con facilidad y tener arrebatos de ira intensos y frecuentes.
Vengatividad:
A veces, pueden buscar venganza o revancha contra quienes perciben como sus enemigos, incluso si esas personas no han hecho nada para provocar tal reacción.
Problemas en las relaciones:
Los niños con TOD a menudo tienen dificultades para establecer y mantener relaciones interpersonales saludables debido a su comportamiento desafiante y hostil.
Dificultades en la escuela:
Pueden tener problemas de rendimiento académico debido a su falta de cooperación y sus conflictos con maestros y compañeros.
¿CUÁNDO SOLICITAR APOYO PROFESIONAL?
Si observas que tu hijo muestra patrones persistentes de comportamiento desafiante y agresivo que interfieren significativamente en su vida cotidiana y en sus relaciones con los demás, es importante buscar ayuda profesional. Aquí hay algunas señales de que puede ser el momento de consultar a un especialista:
Duración y severidad:
Si el comportamiento desafiante ha persistido durante al menos seis meses y es severo, es recomendable buscar ayuda.
Impacto en la vida cotidiana:
Si el comportamiento desafiante interfiere en la vida familiar, en la escuela o en otras áreas importantes de la vida del niño.
Fracaso de las estrategias de crianza:
Si las estrategias de crianza habituales no parecen ser efectivas y el comportamiento empeora con el tiempo.
Preocupación por la seguridad:
Si el comportamiento incluye violencia física o amenazas graves hacia otros, es esencial buscar ayuda de inmediato para garantizar la seguridad de todos los involucrados.
Cambios significativos en el estado de ánimo:
Si el niño muestra cambios significativos en su estado de ánimo, como irritabilidad constante o síntomas de depresión o ansiedad.
En estos casos, un profesional de la salud mental, como un psicólogo o psiquiatra infantil, puede llevar a cabo una evaluación exhaustiva y proporcionar orientación y tratamiento adecuados para abordar el Trastorno Opositor Desafiante. El apoyo temprano y adecuado puede marcar una diferencia significativa en la vida del niño y su familia, ayudándolos a desarrollar estrategias efectivas para lidiar con los desafíos del TOD.
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