¿QUÉ ES?
La ansiedad es una emoción natural que todos los niños experimentan en ciertos momentos de su desarrollo. Desde los 8 meses hasta la edad preescolar, es común que los niños saludables sientan ansiedad al separarse de sus padres o seres queridos. También pueden tener miedos temporales, como el temor a la oscuridad, las tormentas, los animales o las personas desconocidas. Sin embargo, es importante reconocer que la ansiedad puede volverse más intensa y, en algunos casos, requerir atención profesional.
Uno de los tipos de ansiedad que puede necesitar tratamiento es la "ansiedad por la separación", que se manifiesta a través de diversos síntomas, como pensamientos constantes sobre la seguridad propia y de los padres, negativa a asistir a la escuela, quejas frecuentes de dolores de estómago y preocupaciones exageradas sobre dormir fuera de casa. En algunos casos, los niños pueden mostrar una fuerte dependencia de sus padres, experimentar rabietas y pánico al separarse de ellos, así como dificultades para dormir o pesadillas.
Otro tipo de ansiedad común en los niños es una fobia específica, que se caracteriza por un miedo intenso a cosas concretas, como perros, insectos o agujas, que provoca angustia significativa.
¿QUÉ HACER EN CASA?
Si su hijo presenta signos de ansiedad que comienzan a interferir con sus actividades diarias, es fundamental abordar la situación de manera adecuada. Aquí hay algunas pautas para ayudar a su hijo en casa:
Comunicación Abierta:
Hable con su hijo sobre sus miedos y preocupaciones. Escucharlo con empatía puede ser reconfortante y permitirle expresar lo que siente.
Establecer una Rutina:
Mantener una rutina predecible puede brindar seguridad a los niños ansiosos. Esto incluye horarios regulares para las comidas, el sueño y otras actividades.
Promover la Relajación:
Enseñe técnicas de relajación, como la respiración profunda o la meditación, para ayudar a su hijo a lidiar con la ansiedad.
Fomentar la Independencia: Anime gradualmente a su hijo a enfrentar sus miedos de manera gradual y brindarle la oportunidad de desarrollar autonomía.
Apoyo Social:
Ayude a su hijo a establecer amistades y relaciones fuera de la familia, lo que puede ser beneficioso para reducir la ansiedad social.
Observación Atenta:
Esté atento a los síntomas de ansiedad severa, ya que los niños ansiosos pueden ser buenos en ocultar sus dificultades. No descarte los temores de su hijo; en lugar de eso, ofrezca apoyo y comprensión.
¿CUÁNDO PEDIR AYUDA PROFESIONAL?
Si la ansiedad de su hijo se vuelve severa y comienza a afectar seriamente sus actividades diarias, como separarse de los padres, asistir a la escuela o hacer amigos, es esencial considerar la búsqueda de ayuda profesional. Los signos de que podría ser necesario consultar a un psiquiatra infantil o a otro profesional de la salud calificado incluyen:
· Preocupaciones constantes antes de que algo suceda.
· Temor de cometer errores o sentir vergüenza.
· Pensamientos y acciones repetitivas (incluido tics intensos)
· Morderse las uñas,
· Baja autoestima.
· Problemas significativos en la escuela, con los amigos o en actividades deportivas.
Recuerde que los problemas de ansiedad severa en los niños son tratables. El tratamiento oportuno puede prevenir complicaciones futuras, como la pérdida de amistades, dificultades académicas y la baja autoestima. Los enfoques terapéuticos pueden incluir terapia individual, terapia familiar, medicamentos, terapias conductuales y consultas con el personal escolar. No dude en buscar ayuda si cree que su hijo necesita apoyo adicional para superar la ansiedad.
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